jueves, 20 de diciembre de 2012

La maldad y la Sanidad


Por creer hay días que creo también en la maldad.

Siempre he intentado dar valor a las ideas que menos me gustan, porque sé que también son legítimas, porque estando más o menos acertadas presupongo la buena fe en ellas, o al menos un notable porcentaje de buena fe. Casi todo, en la palestra política de mi país, es defendible desde los tan trillados valores democráticos, lo cual no quita que está en abierto desacuerdo con muchas decisiones.
Siempre he creído que los malos eran la excepción que era necesario denunciar y erradicar,  pero que la existencia de un malo no deslegitima una idea. Nunca se ha tratado de derrocar ideas.
En el peor de los casos serán ideas que pueden ser etiquetadas de oportunistas, populistas, inadecuadas, insuficientes, cobardes, injustas, perpetuadoras, sordas, equivocadas, incomprensibles, etc. Pero siempre existe el margen más o menos grande o pequeño que aporta un mínimo de legitimidad.
Pero hoy es un día en el que creo en la maldad, se me acaba mi eterna capacidad de consenso, se me acaba toda la presunción de buena fe, porque en esta ocasión pienso que la ocasión lo merece.
Y es momento de dejarse de abstracciones y hablar de concreciones. Pongamos que hablo de Madrid.

La derecha de nuestro Madrid dice que cree en la privatización de la Sanidad, y a mis ojos, la perversión que implica es excesiva. En nuestra sociedad la sanidad está muy relacionada con la humanidad, al menos la sanidad de mínimos, al menos la sanidad pública.
En pocas lineas:
- Si una empresa privada gestiona la sanidad va a buscar el beneficio económico
- El beneficio económico es abiertamente contrario en ocasiones a unos criterios básicos de humanidad (hay enfermedades rentables frente a otras no rentables)
- Hay una crisis económica mundial y fuertemente local
- Hay que ahorrar
- Ellos (aquí son más "ellos" que nunca) creen que privatizando se ahorra.
- Ellos no contemplan optimizar lo existente
- Ellos tienen que saber que privatizando la gente enferma no rentable (crónicos, mayores, enfermedades largas o raras o con costes de tratamiento caros) es de repente mucho más vulnerable
- Ellos aplican literalmente el axioma capitalista de "privatizar beneficios socializar pérdidas", porque están reconvirtiendo hospitales públicos para que se ocupen de los enfermos no rentables, y dejando a los privados especializados en el "aquí te pillo aquí te cobro"
- Ellos no quieren salvar lo público, no quieren introducir lo público en criterios de eficiencia, y ellos podrían hacerlo si tuvieran voluntad, porque ellos son los que ahora hacen las leyes

Y tantas líneas se resumen para mí en esto:
Se abre una encrucijada y se puede apostar por la sanidad pública (existente) o por una sanidad gestionada de forma privada.
- Lo público, con sus fallos y disfuncionalidades se ajusta más a un criterio de universalidad (te curaré aunque sea caro)

- Lo privado, con sus virtudes, tiene el objetivo de hacer dinero a través de la gestión (te curaré si me es rentable)

Para que la sanidad privada funcionara habría que implantar desde lo público un estricto sistema que asegure que se respetan rigurosamente criterios de humanidad, y la humanidad en la sanidad es más que imprescindible.
Si no se implanta ese hiper-estricto sistema se cae en el riesgo más que evidente de que la empresa privada busca el dinero a costa de la desatención de muchos enfermos no rentables.
Hasta ahora no se ha hablado de implantar dicho sistema. Incluso su implantación sería difícil y costosa.
A día de hoy, los responsables de esta decisión públicamente no dan ninguna cifra del potencial ahorro que supone el cambio de sistema, pese a que se les pregunta. Por tanto se mueven en la incertidumbre.
Lo único claro es que perdemos un criterio de humanidad e introducimos la necesidad del beneficio económico de empresa.
Y es esa ausencia de alternativas desde el gobierno, es ese "privatizar la sanidad a cualquier precio" el que me hace pensar que realmente ellos están sirviendo hoy al dinero antes que a las personas. Porque son demagógicos para defender sus ideas privatizadoras, porque no dan cifras, porque no quieren considerar alternativas.
Ampliando mi consideración inicial solo veo dos alternativas:

El dogmatismo o la maldad. O ellos han deificado el dogma de la privatización o ellos prefieren servir al dinero (beneficio económico de empresas) antes que a las personas.
Porque la derecha, en su mejor acepción, cree que puede ayudar a las personas apoyando en primer lugar a las empresas (son pro-empresas). Porque la derecha, en su peor y actual acepción, opta por apoyar a las empresas en contra de las personas.

La Sanidad creo que aporta un balance de pérdidas (es caro mantener un buen sistema de salud que atienda a todos por igual según su dolencia y de la mejor forma posible), pero es un servicio fundamental básico en nuestro modelo de sociedad (y de desarrollo). Y yo creo en que hay que minimizar esas pérdidas lo máximo posible.  Pero la empresa privada que entre no se va a ocupar en minimizar las pérdidas, se va a ocupar de obtener beneficios, y lo hará a costa de personas.

Hoy creo en la maldad de ellos, los que, haciendo oidos sordos a cualquier argumento, actúan en contra de las personas.